Se levantó sobresaltada de la cama, estaba mojada del sudor frio que había ocasionado aquella pesadilla en la que en su cara era pálida como la nieve, no tenía pelo en la cabeza y se encontraba frágil casi sin poder moverse.
Se miró al espejo, estaba bien, aunque un poco colorada, se veía guapísima, tenía un cabello largo y ondulado, estaba fuerte, volvía a ser la misma. Al vollverse escuchó una voz que venía del espejo:
- No volveras a tener esta imagen, seguirás enferma, deja de soñar.